DERECHO AMBIENTAL Y ECOCIDIO
DERECHO AMBIENTAL Y ECOCIDIO
Por Quispe Cotrina Aníbal Eduardo
El medio ambiente ha sido progresivamente reconocido como un derecho humano fundamental, tanto en el ámbito jurídico nacional como internacional. Este reconocimiento se ha intensifisicado ante la creciente degradación ambiental que pone en peligro la vida en el planeta y compromete los derechos de las generaciones presentes y futuras. En este texto se hablará del derecho ambiental y como se ha consolidado como una rama del ordenamiento jurídico cuyo objetivo primordial es regular la interacción entre los seres humanos y la naturaleza, a fin de garantizar su protección y conservación. Este derecho, sin embargo, ha sido históricamente subestimado e ignorado en diversos sectores, principalmente debido a intereses económicos y políticos que priorizan el desarrollo a corto plazo sobre la sostenibilidad ambiental. A su vez , el ecocidio, entendido como la destrucción sistemática del medio ambiente, ha sido propuesto como una categoría de crimen internacional, argumentando que el medio ambiente debe ser considerado sujeto de derechos debido a su función esencial en la preservación de la vida en toda
La definición del derecho ambiental se centra en la protección de los elementos fundamentales que conforman el entorno natural, los cuales incluyen el biotipo (conjunto de factores abióticos, como el agua, el aire y el suelo) y la biocenosis (conjunto de organismos vivos que habitan un ecosistema). El derecho ambiental se presenta como un conjunto de normas que regulan la relación entre el ser humano y la naturaleza, promoviendo un equilibrio sostenible que permita el desarrollo de las actividades humanas sin comprometer la integridad de los ecosistemas. Es fundamental que estas normas se integran de manera efectiva en el marco jurídico nacional e internacional para garantizar que los intereses ambientales sean considerados en la toma de decisiones públicas y privadas, particularmente en sectores como la minería, la agricultura y la industria.
El fundamento antropocéntrico del derecho ambiental radica en la idea de que los seres humanos tienen el derecho de vivir en un ambiente saludable, equilibrado y adecuado para su desarrollo. Este derecho se deriva de la dignidad inherente a toda persona, tal como lo establece el derecho internacional de los derechos humanos. Según Cafferatta (2010), el derecho a un ambiente sano está vinculado de manera directa con otros derechos fundamentales, como el derecho a la vida, a la salud, ya la integridad física. El aprovechamiento sostenible de los recursos naturales debe ser entendido como una responsabilidad compartida por toda la humanidad, reconociendo que la naturaleza proporciona los bienes y servicios ecosistémicos que sustentan la vida en la Tierra. Además, la preocupación por el medio ambiente debe ser asumida como un imperativo ético y jurídico, dado que su degradación afecta a todas las formas de vida, incluyendo la humana.
El reconocimiento del medio ambiente como sujeto de derecho es un avance importante en la jurisprudencia contemporánea. Este reconocimiento implica que la naturaleza, en lugar de ser considerada únicamente un objeto de explotación, adquiere personalidad jurídica y puede ser defendida ante los tribunales. En el caso del Perú, la Constitución Política de 1993 consagra el derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado (artículo 2, inciso 22), y otorga al Estado la responsabilidad de proteger el medio ambiente y promover el uso sostenible de los recursos naturales. . (artículos 66 y 67). Sin embargo, este reconocimiento ha sido mayormente de carácter doctrinario y jurisprudencial, ya que las disposiciones constitucionales no siempre se han convertido en leyes efectivas o en políticas públicas adecuadas. A pesar de ello, la evolución del derecho ambiental en el Perú sigue la tendencia global de otorgar mayor relevancia a la protección de los ecosistemas y la biodiversidad, reconociendo que la sostenibilidad es un pilar fundamental del desarrollo humano.
El término ecocidio ha sido utilizado desde la década de 1970 en el mundo angloparlante, específicamente cuando el biólogo Arthur Galston lo mencionó durante una conferencia ante el Congreso de los Estados Unidos en el contexto de la guerra y la responsabilidad (Aragón, 2024). El ecocidio, como concepto, surgió inicialmente en relación con las devastadoras consecuencias ambientales de los conflictos bélicos, particularmente durante la guerra de Vietnam, cuando se utilizaron productos químicos como el agente naranja para deforestar vastas áreas de selva, provocando una destrucción ambiental masiva. En una definición más moderna, el ecocidio se refiere a la destrucción deliberada o negligente de ecosistemas enteros, lo que ha llevado a algunos expertos a proponer su reconocimiento como un crimen internacional, equiparable al genocidio o los crímenes de guerra, bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
Las consecuencias del ecocidio para el planeta son devastadoras y afectan no solo a los ecosistemas, sino también a las comunidades humanas que dependen de ellos. La contaminación global, el aumento del nivel del mar, la deforestación masiva y la extinción acelerada de especies son algunos de los efectos más visibles del ecocidio. La Convención sobre la Diversidad Biológica estima que un millón de especies están actualmente en peligro de extinción, una situación alarmante que pone en riesgo la estabilidad de los ecosistemas que sostienen la vida en la Tierra. La destrucción de los hábitats naturales también tiene implicaciones directas para el derecho humano a un ambiente sano, lo que genera la necesidad de establecer mecanismos jurídicos más efectivos para la protección de la biodiversidad.
El delito de ecocidio está relacionado con la destrucción masiva o el daño grave a la naturaleza al punto de poner en riesgo la vida de los seres vivos, tanto animales como vegetales. Aunque el ecocidio aún no está reconocido como delito en el Código Penal peruano, existen esfuerzos internacionales para incluirlo como un crimen de lesa humanidad en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. La inclusión del ecocidio en el marco jurídico penal sería un paso significativo hacia el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derechos y permitiría sancionar a los responsables de la destrucción ambiental, promoviendo así un mayor respeto por el entorno natural.
En conclusión, es fundamental que los Estados y la sociedad civil impulsen medidas para proteger y conservar la naturaleza, comprendiendo que todos somos parte de un mismo ecosistema interdependiente. La importancia del derecho ambiental radica en su capacidad para garantizar la coexistencia pacífica entre los seres humanos y el medio ambiente, reconociendo que es un derecho humano fundamental vivir en un entorno que permita el desarrollo integral de la vida en armonía. Asimismo, es necesario seguir avanzando en el reconocimiento del ecocidio como un crimen internacional que refleja la gravedad de los daños infligidos al planeta ya sus habitantes.
REFERENCIAS
Martín Aragón, M. del M. (2024). La protección penal internacional del medio ambiente: hacia el delito de ecocidio. Derecho PUCP , (92), 55-94. https://doi.org/10.18800/derechopucp.202401.002
Cafferatta, N. (2010). Los principios y reglas del Derecho ambiental. PNUMA, Quinto Programa Regional de Capacitación en Derecho y Políticas Ambientales , 49-63.
Neira, H., Russo, LI y Álvarez, SB (2019). Ecocídio. Revista de Filosofía , (76), 127-148. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-43602019000200127
Rocasolano, MM y Berlanga, MDC (2022). Piedras angulares del Derecho Ambiental: el Ecocidio y el Derecho fundamental al medio ambiente para el desarrollo de la persona . Revista Opinião Jurídica
(Fortaleza), 20(35), 83–109. https://doi.org/10.12662/2447-6641oj.v20i35.p83-109.2022
SERFOR, S. (2018). Libro rojo de la fauna silvestre amenazada del Perú. https://sinia.minam.gob.pe/documentos/libro-rojo-fauna-silvestre-amenazada-peru
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